Parte 4.
Salió y entró esta vez más fuerte. Un gemido ahogado se escapó de mis labios y lo agarré de los hombros, echando la cabeza hacia detrás. Por un momento, se quedó quieto mientras respiraba agitadamente.
Cogió mis manos poniéndolas sobre mi cabeza y las entrelazó con las suyas. Volvió a embestirme de tal manera que hizo que arqueara la espalda y con las piernas, lo apretara contra mí.
Una sensación de excitación invadió mi cuerpo cada vez que nuestras pieles se rozaban. Se inclinó sobre mí, haciendo presión y me besó. Entreabrí la boca y este, la recorrió toda con su lengua mientras de las dos, salían jadeos y gemidos.
Volvió a enderezarse y soltando mis manos, las bajó por mis costados haciéndome estremecer hasta llegar a mi cadera y subirla, haciendo más profunda la penetración.
Siguió embistiendome de esa manera hasta que los dos, llegamos al orgasmo y sintiendo como se dejaba ir dentro de mí, se dejó caer sobre mi pecho, con la respiración agitada.
Me envolvió en sus brazos y al moverse, jadeé.
- _____.. -dijo con la voz entrecortada.
- Dime.. -susurré de la misma forma que él, apoyando la cabeza sobre la almohada.
Colocó su cabeza en mi cuello y deslizó sus labios lentamente por el, haciéndome estremecer.
En aquel instante: me era difícil explicar lo que sentía. Estaba entre sus brazos y él.. estábamos siendo uno ahora mismo. Es increíble como puede llegar alguien y romper todos tus esquemas y sacarte una sonrisa con la más mínima tontería. Él era así y lo sigue siendo.
Movió la cabeza levantándola y se acercó a mi oído.
- Te amo.. -murmuró tras depositar un beso sobre mi mejilla y acariciarme la cintura.
Sonreí ladeando la cabeza hacia donde estaba la suya y apoyarla así.
- Te amo más.. -le contesté entrecerrando los ojos.
Negó con la cabeza y volvió a pasar sus labios por mi cuello con parsimonia y en el momento menos oportuno, clavó sus dientes y solté un gritito.
Este se echó a reír y le pegué en el brazo seguido de una risita.
- ¡Ay! -gritó fingiendo dolor y volvió a reír.
- ¡Eso dejará marca! -reí pasándome la mano por la mordida y quejándome.
- Espera, espera.. -paró de reír apartando mi mano y volviendo a colocarse como antes, pasó su lengua por encima de la mordida y me estremecí- así mejor.. -susurró volviendo a pasar su lengua y depositando un beso después.
Tras más besos, abrazos, caricias.. risas sin razón, un baño de felicidad invadía mi cuerpo cada vez más y sentía que no podía ser más feliz de lo que ya era.
Nunca creí que él, Niall: pudiera sentir tal vez lo mismo por mí. Al fin y al cabo, eramos hermanos. No se sangre, pero lo eramos.
Y los dos, compartíamos un secreto, un secreto que cada noche o en cualquier lugar en el que estuviéramos los dos solos, podíamos mostrar.
Un secreto que nadie más podría saber y que por mucho tiempo, estaría guardado hasta quien sabe cuando.
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